La longitud de nuestras costas, el gran número de piscinas, la cantidad de pantanos, lagos y ríos, unido a las buenas condiciones climatológicas permiten disfrutar del ocio en el agua durante varios meses al año y esto hace que aumente el riesgo de ahogamientos y de otras lesiones graves como los traumatismos craneoencefálicos y las lesiones medulares.
Al año fallecen más de 400 personas en España como consecuencia de un ahogamiento en una piscina, una playa, etc.
En el caso de los niños la mayoría de los ahogamientos tienen lugar en piscinas.
Las personas mayores, sin embargo, se ahogan más en el mar.