Beber para curar el estrés
Hay un falso mito sobre los efectos relajantes del alcohol. Puede reducir momentáneamente el estrés o el nerviosismo, pero en realidad tiene un efecto rebote, pudiendo “engancharnos” y provocando más ansiedad.
Nuestros problemas no desaparecerán bebiendo alcohol, al contrario, la tristeza y la depresión se harán mayores. En caso de haber adquirido el hábito consumir alcohol para superar estados de ánimo decaídos, lo aconsejable sería pedir ayuda a un profesional.