Alcohol y deporte
Aunque el deporte se identifica con buena forma física y vida sana, no siempre la realidad de los entornos deportivos es así. De hecho, se observa en ocasiones cierta vinculación entre la práctica del deporte y el consumo de bebidas alcohólicas.
La práctica deportiva es una actividad compleja en la que se utilizan y actúan la mayoría de los sistemas del cuerpo humano (sistema nervioso central, cardiovascular, locomotor, digestivo….), por ello a la hora de practicar un deporte es importante tener en cuenta que el alcohol:
- Es una sustancia psicoactiva que ralentiza el funcionamiento del sistema nervioso; afectando a la concentración, coordinación, capacidad de reacción y a las habilidades psicomotoras imprescindibles para realizar una actividad deportiva de manera satisfactoria.
- Entorpece la recuperación muscular e incrementa la posibilidad de lesionarse.
- Es un potente diurético que puede propiciar la deshidratación y el desequilibrio electrolítico con el consecuente riesgo de producir calambres, contracturas y distensiones musculares, además de reducir tus energías.
- Contiene muchas calorías, pero éstas no se convierten en la fuente de energía que tu cuerpo pueda utilizar para recuperarse; todo lo contrario, son calorías vacías que se convierten en grasa que tu cuerpo almacena.
- Inhibe la absorción de proteínas, vitaminas y minerales y la capacidad de nuestro cuerpo para absorber estos nutrientes de los alimentos.
Si se va a practicar deporte, se recomienda evitar beber alcohol 48 horas antes e inmediatamente después de practicarlo.