Son nutrientes que no aportan energía, pero que son imprescindibles para mantener la salud.
Se les denomina así porque se encuentran en pequeñas cantidades en la comida.
Cuando se sigue una dieta sana, variada y equilibrada, no se necesita tomar suplementos.
Hay casos, como en el embarazo o ante determinadas patologías, en los que sí están indicados y deben tomarse con la prescripción de un facultativo.
El consumo de suplementos nunca debe sustituir una dieta equilibrada y variada. Una de las muchas consecuencias positivas que aporta una dieta variada es que los distintos nutrientes interaccionan entre sí, produciendo unos beneficios cuando se consumen juntos que no se dan con el consumo de suplementos.