En menores de 18 años los principales beneficios asociados a la realización de actividad física son los siguientes:
Mejora la forma física, la función cardiorrespiratoria, la fuerza muscular y la masa ósea y, además, disminuye la grasa corporal y ayuda a mantener un peso saludable.
Mejora la salud mental: mejora la autoestima, reduce los síntomas de ansiedad y depresión y disminuye el estrés. Además es divertido y ayuda a sentirse más feliz.
Ofrece oportunidades de socialización y el aprendizaje de habilidades.
Aumenta la concentración, lo que contribuye a tener mejores resultados académicos.
Favorece un crecimiento y desarrollo saludable.
Mejora las habilidades motrices, la postura y el equilibrio.
Disminuye el desarrollo de factores de riesgo asociados a enfermedades crónicas en la vida adulta como enfermedades del corazón, hipertensión, diabetes tipo 2, hipercolesterolemia (colesterol elevado), obesidad u osteoporosis, ya que muchos de estos factores pueden desarrollarse en las primeras etapas de la vida.