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En el hombre

Accidente cerebrovascular

El tabaquismo es una de las principales causas de accidente cerebrovascular o ictus, especialmente en personas jóvenes. Tanto los fumadores como los expuestos al humo de segunda mano tienen mayor probabilidad de sufrir un ictus. El tabaco afecta al flujo de sangre en los vasos del cerebro, que se pueden bloquear o producirse una hemorragia. Esto puede causar parálisis permanente, trastornos del habla, de la visión, otras discapacidades o la muerte.

Cáncer

Fumar causa cáncer de:

  • Pulmón, tráquea y bronquios.
  • Cavidad oral, labios, nasofaringe, cavidad nasal, laringe y esófago.
  • Estómago.
  • Vejiga.
  • Páncreas.
  • Riñones.
  • Hígado.
  • Colon y recto.
  • Leucemia

El tabaquismo puede causar cáncer en casi todas las partes del cuerpo.

El cáncer se produce cuando las células crecen de manera descontrolada y se convierten en tumores que dañan los órganos y pueden diseminarse a otras partes del cuerpo.

Cáncer pulmón

Es la principal causa de muerte por cáncer en hombres y la segunda en mujeres. Aproximadamente 9 de cada 10 casos de cáncer de pulmón son causados por el tabaquismo.

Fumar causa tanto cáncer de hígado como cáncer colorrectal, que es el segundo cáncer que causa más muertes en hombres después del cáncer de pulmón.

Los hombres con cáncer de próstata que fuman podrían tener más probabilidades de morir a causa de esta enfermedad que los que no fuman.

Tratamiento para el cáncer

El tabaquismo evita que los tratamientos contra el cáncer funcionen según lo previsto. Las personas que siguen fumando después de recibir un diagnóstico de cáncer aumentan su riesgo de volver a tener cáncer y de morir.

Corazón y vasos sanguíneos

Fumar es una causa de enfermedad cardiovascular, es a su vez una de las principales causas de mortalidad.

La enfermedad cardiovascular incluye el estrechamiento y bloqueo de las arterias del corazón (cardiopatía coronaria), la presión arterial alta (hipertensión), el ataque cardiaco (infarto de miocardio), el accidente cerebrovascular y el dolor de pecho relacionado con el corazón (angina de pecho). Incluso las personas que fuman menos de cinco cigarrillos al día tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedad cardiovascular que un no fumador.

Fumar es la causa prevenible más común de enfermedad arterial periférica que produce el estrechamiento de las arterias y la reducción del flujo de sangre a las extremidades. Esto puede producir dolor al caminar y, en casos extremos, gangrena y la extremidad infectada se debe amputar.

Fumar daña el corazón y los vasos sanguíneos rápidamente, pero el daño se repara en la mayoría de las personas que dejan de fumar.

La exposición al humo de segunda mano puede aumentar el riesgo de ataque cardiaco o accidente cerebrovascular.

Enfermedades respiratorias

Fumar causa enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que abarca varias afecciones en que las vías aéreas estan dañadas y los pulmones pierden sus propiedades elásticas. Las personas con EPOC tienen dificultad para respirar y hacer ejercicio, tos, etc. Todo ello dificulta las actividades diarias, incluso las más sencillas, y reduce la calidad de vida significativamente. Además aumenta el riesgo de otras enfermedades, como cáncer de pulmón y la enfermedad cardiaca. La EPOC no tiene cura, pero dejando de fumar se puede prevenir y, si ya se padece, mejorar sus síntomas.

Asma

Los jóvenes que fuman tienen más probabilidades de tener asma. También el humo de segunda mano aumenta las probabilidades de asma e infecciones respiratorias en los niños. Al dejar de fumar comenzarás a respirar con mayor facilidad, aumentará el nivel de oxígeno en tu cuerpo y se reducirá el riesgo de enfermedad respiratoria.

El tabaco también aumenta el riesgo de sufrir tuberculosis y otras infecciones respiratorias.

Enfermedad ocular

Fumar reduce el flujo de sangre a los ojos por el estrechamiento de los vasos sanguíneos. Por ello, está asociado a enfermedades oculares graves, como las cataratas o la degeneración macular asociada con la edad, que pueden llevar a la pérdida de la visión y ceguera.

Infecciones y sistema inmunitario

Fumar debilita el sistema inmunitario y puede hacer que el cuerpo tenga más dificultad para luchar contra las infecciones. Los fumadores tienen más infecciones respiratorias que los no fumadores; así como peor salud general, y necesitan ir con más frecuencia al médico y ser ingresados en el hospital.

Fumar también causa trastornos autoinmunitarios, como la artritis reumatoide, en que el sistema inmunitario ataca a las articulaciones y los tejidos circundantes y causa inflamación y dolor, provocando más dificultad para moverse y para hacer las actividades diarias. Esta enfermedad se produce más en mujeres.

Además, el consumo de tabaco hace que los tratamientos contra esta enfermedad sean menos eficaces.

Diabetes

Los fumadores tienen más probabilidades de tener diabetes tipo 2 o diabetes del adulto que los no fumadores. La diabetes puede producir complicaciones de salud graves como enfermedades cardiovasculares, ceguera, insuficiencia renal y daño en los nervios y vasos sanguíneos de los pies y las piernas, lo cual puede llevar a la amputación.

Además, una persona con diabetes que fuma tiene más probabilidades de tener dificultad para regular la insulina y controlar la enfermedad que las personas con diabetes que no fuman, por lo que pueden empeorar los síntomas y sus consecuencias.

Salud sexual y fertilidad

La evidencia reciente concluye que fumar es una causa de disfunción eréctil, ya que altera el flujo de sangre en los tejidos eréctiles.

Debido a los componentes tóxicos del tabaco, el esperma de los fumadores tiene menor concentración de espermatozoides y con menor movilidad, también daña su estructura, lo cual puede causar infertilidad o la muerte prematura del feto.

Piel

Fumar acelera el envejecimiento y la aparición de arrugas en la cara, se reduce el flujo de sangre y se pueden dañar los tejidos. Los fumadores son más propensos a tener manchas en la piel, que suelen aparecer en la cara y las manos.

Además se asocia a otros problemas de la piel, como el acné, la psoriasis, inflamación e infecciones.

Músculos y huesos

El monóxido de carbono desplaza al oxígeno y hace más difícil oxigenar los músculos, que se cansan más fácilmente. El tabaco disminuye gradualmente la densidad ósea, los huesos se vuelven menos resistentes y aumenta la posibilidad de tener una fractura ósea.

Pérdida de cabello

Con la edad el cabello tiende a hacerse más fino; en los fumadores este proceso puede acelerarse considerablemente, aumentando la probabilidad de calvicie.

Dientes

Además del color amarillento en los dientes y peor aliento, los fumadores tienen mayor riesgo de desarrollar problemas en las encías y otros que pueden generar la caída de los dientes.