Sonia, 54 años
Sonia llevaba 36 años fumando y creía que no podía dejar de fumar: "no tenía fuerza de voluntad" y le preocupaba engordar. Después de pasar un periodo enferma, acudió a su centro de salud, allí le ayudaron a valorar las opciones y Sonia siguió un tratamiento para dejar de fumar. Para estar más activa y evitar la preocupación por el peso, se apuntó a unas clases en el polideportivo municipal. Su hija le apoyó tanto, que también se animó a dejarlo con ella.
No ha sido fácil, pero lo que parecía imposible ha sucedido: Sonia es ya una exfumadora. Con lo que ha ahorrado se ha comprado ropa y se va de viaje con el grupo de senderismo, su otra pasión.