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Adaptar recetas para hacerlas más saludables

Adaptar una receta supone modificar la presencia o proporción de alguno de sus ingredientes, sin alterar sustancialmente el resultado final.

El objetivo más habitual es bajar el contenido calórico, pero también podemos disminuir el contenido de azúcares en el caso de una diabetes, de grasas si se tienen problemas con el colesterol, o eliminar el alcohol para que los niños lo puedan tomar.

Algunos ideas

  1. A la hora de preparar salsas de acompañamiento, es buena idea sustituir como base la nata o el queso, por salsas de yogurt desnatado.

  2. Controlar la cantidad de aceite con el que aliñamos o preparamos nuestros platos. Se debe tener en cuenta que 1 cucharada de aceite tiene 10 ml, lo que equivale a 90 calorías.

  3. Si preparamos repostería casera, sabremos el tipo de aceite que utilizamos, mejor oliva o girasol, y podremos hacerlo más o menos dulce, añadiendo el azúcar justo, para adaptarse a nuestro gusto.

Ejemplos prácticos

Para disminuir el contenido calórico de la tortilla de patata, prueba en lugar de freír las patatas en aceite, a cocinarlas con una cucharadita de aceite en el microondas.

Cuando cocines pasta, ten en cuenta que el aporte calórico suele estar en los ingredientes que le añades. No es lo mismo cocinarlos con salsa de tomate que con nata, ni añadir verduras o panceta. Tenlo en cuenta.

Cuando cocinemos una paella, podemos rebajarle calorías disminuyendo la cantidad de aceite con la que elaboramos el sofrito.

En el caso de las pizzas el contenido calórico depende de los ingredientes, no de la base. Prueba a disminuir un poco la cantidad de queso que le pones y procura añadirle verduras.

El Plan Cuídate Más de AECOSAN cuenta con la participación de la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid, para ofrecer, un conjunto de sanas, ricas y sencillas recetas para ayudar a llevar una vida más saludable.